martes, 2 de octubre de 2012

Crónica de una ciudadana indignada presente en los hechos del 29S en Murcia

¿Cómo y en qué momento se da por finalizada una protesta ciudadana?

Esa es una pregunta que me viene rondando desde el pasado sábado, 29 de septiembre, momento en el que tuvo lugar una concentración de carácter pacífico frente a Delegación de Gobierno. La concentración, por iniciativa espontánea, se tornó en manifestación y un grupo de entre 2.000 y 3.000 personas llevaron a cabo el mismo recorrido que se hizo en Murcia anteriormente, el martes 25 de septiembre. La marcha transcurrió de manera pacífica, salvo por las provocaciones de algunos viandantes y el propietario de un descapotable que increpaba a los manifestantes diciendo: “lo que tenéis que hacer es ir a trabajar”… algunos de nosotros veníamos de nuestro trabajo y otros tenían que irse en poco tiempo, otros ambas cosas y otros ninguna muy a su pesar.



Al llegar nuevamente al punto de partida la manifestación fue disuelta por un número desproporcionado de policías nacionales que, con insultos y empujones, nos relegaron a la acera. Una vez allí, algunos de ellos nos insultaban diciéndonos muy cerca de las caras pero en voz baja… “¡cerdas!”!... “¡guarras!”


Dada la situación y la frustración ante ella, un grupo de unas ocho o nueve personas, cruzando el paso de peatones que estaba en verde, permanecieron quietos en él durante un breve espacio de tiempo, momento en el cual una marea azul de policías se dispuso a cargar contra los manifestantes que ya habían sido disueltos. Una chica acabó en el suelo rodeada de estos policías, 7 u 8, que le aporreaban en las piernas mientras le gritaban: “¡levántate!” (No sé si serían capaces de captar la ironía…). Una vez puesta en pie fue seguida por los agentes que seguían golpeando sus articulaciones. De pronto el resto de gente que se disponía ya a marcharse a casa, incluida la gente que simplemente “pasaba por allí”, vio cómo sin motivo alguno iban hacia ellos con las porras en la mano dispuestos a cargar, y así fue. Iban con intención intimidatoria, insultando y gritando al personal. La cantidad de gente que fue agredida por el cuerpo nacional de policía es desconocida para quien escribe este artículo, pero consta que un buen número de gente ha tenido que ir a urgencias después de los hechos.


Ocurrido esto, la manifestación definitivamente estaba disuelta. No obstante hubo quien, sentado en un banco reponiéndose de los golpes recibidos, sufrió nuevamente los ataques policiales, siendo expulsados de la zona entre porrazos e insultos. La misma chica de antes fue arrastrada de los pelos y golpeada una vez más, esta vez por un grupo más grande y con más ganas de policías. Pero lo más impactante de esa noche fue lo que le hicieron a un muchacho que, asustado por lo ocurrido y en plena carrera, fue atropellado por una moto conducida por un agente del cuerpo nacional. Una vez tirado en el suelo, con el pie roto, fue golpeado repetidas veces por todo el cuerpo, hasta en la cara. Los agentes le retorcieron el pie aun sabiendo que éste había sido fracturado.


El joven tenía 16 años. No contentos con eso se lo llevaron de allí amenazándole con detenerlo y diciendo frases como: “ya verás cuando los moros te rajen el culo en el cuartelillo”. Una vez en comisaría llamaron a la madre afirmando que el chaval se había caído y se había torcido un tobillo. Los agentes alegaron que éste había tirado de la moto a uno de ellos y querían que el joven firmase una declaración en la que se ponía de manifiesto que la rotura del pie se la había hecho el solo. Le han tenido que poner cinco clavos en la pierna.



(Crónica de una ciudadana indignada que estuvo presente en los hechos del 29S en Murcia)

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